Hoy hablamos de cumplimiento normativo, en concreto, de una figura fundamental para garantizar la eficacia en la gestión y la aplicación del programa de cumplimiento normativo en las empresas denominada oficial de cumplimiento normativo o “compliance officer”.
Nuestras empresas tienen que dotarse, sí o sí, de un programa de cumplimiento normativo si queremos evitar la responsabilidad penal, no solamente para los órganos, sino también para la propia empresa, con lo cual, una vez implementado este programa de cumplimiento, debe de materializarse y aquí aparece el oficial de cumplimiento normativo como la persona de la que va a depender llevar a buen término este programa ético que constituye una pieza básica en cualquier empresa.
El oficial de cumplimiento normativo o “compliance officer” tiene que ser una pieza autónoma y también independiente de la empresa y su cometido se realiza a través de una serie de funciones de gran relevancia como determinar cuáles son los riesgos de comisión de delitos en la empresa, establecer medidas de vigilancia y control para que no se produzcan los mismos, comunicar la documentación ética de la empresa a los propios trabajadores o crear un canal de denuncia secreto y anónimo, entre otras funciones.
Es por todo ello por lo que necesita de la absoluta colaboración, no solamente del órgano más alto de la empresa, sino también de los responsables de todos los departamentos puesto que así se puede crear un modelo de gestión mucho más eficaz a la hora de detectar la posible comisión de delitos.